Una madre con su hijo iban a cruzar un río y dice la madre:
– Hijo, toma mi mano.
El hijo responde:
– Mejor, tú toma la mía
Entonces, la madre pregunta:
– Pero, hijo, ¿cuál es la diferencia?
– Si algo pasa, puede ser que yo me suelte de tu mano pero tú nunca soltarías la mía.
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