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lunes, 23 de enero de 2017

Marcos 3,22-30: La blasfemia imperdonable y cómo Cristo Sacerdote actúa en 3 momentos, por el papa Francisco

Marcos 3,22-30 
Lunes de la 3 Semana del Tiempo Ordinario, Año I

En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: "Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios." Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas: "¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre." Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

— Comentario del papa Francisco   
“La blasfemia imperdonable y cómo Cristo Sacerdote actúa en 3 momentos”

En su homilía en la misa matinal, el Papa Francisco ha comentado la llamada “imperdonable blasfemia”, que es la que va contra el Espíritu Santo. Para explicarlo, ha hecho referencia a la "unción sacerdotal de Jesús": la ha hecho el Espíritu en el seno de María.

Los sacerdotes, cuando son ordenados, son ungidos con aceite.También en Jesús hay una unción: la del Espíritu Santo sobre la carne de María. Al respecto, el Papa comenta que quien blasfema sobre esto, blasfema sobre el fundamento del amor de Dios, que es la redención, la re-creación; blasfema sobre el sacerdocio de Cristo. Lo feo de la blasfemia contra el Espíritu Santo es no dejarse perdonar, porque reniega la unción sacerdotal de Jesús, que ha hecho el Espíritu Santo.

Los tres momentos del sacerdocio de Jesús

Francisco ha señalado tres etapas o momentos del sacerdocio de Cristo.

El primero es “la Redención”. Mientras que los sacerdotes de la Antigua Alianza debían cada año ofrecer sacrificios, “Cristo se ofreció a sí mismo, una vez para siempre, para el perdón de los pecados”. Con esta maravillas, “nos ha llevado al Padre”, “ha recreado la armonía de la creación”, ha señalado.

La segunda maravilla –ha proseguido Francisco– es la que el Señor hace ahora, es decir, “rezar por nosotros”. Al respecto ha precisado que mientras que “nosotros rezamos aquí”, Él “reza por nosotros, por cada uno de nosotros”. Asimismo, ha señalado que muchas veces se pide a los sacerdotes que recen porque sabemos que la oración del sacerdote tiene una cierta fuerza, precisamente en el sacrificio de la misa.

Finalmente, la tercera maravilla será cuando Cristo vuelva, pero esta tercera vez no será en relación con el pecado, será para “hacer el Reino definitivo”, cuando nos lleve a todos con el Padre.

Tres memorias presentes en la misa

Francisco ha asegurado que nos hará bien pensar durante la misa “que aquí en el altar se hace la memoria viva, porque Él estará presente allí, el primer sacerdocio de Jesús, cuando ofrece su vida por nosotros”.

Está también la memoria viva del segundo sacerdocio, “porque Él rezará aquí”; pero también en esta misa “está ese tercer sacerdocio de Jesús, cuando Él vuelva y nuestra esperanza de la gloria”.

Por esta razón, ha invitado a pedir la gracia al Señor de que nuestro corazón no se cierre nunca a esta maravilla, a esta gran gratuidad.

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