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viernes, 9 de septiembre de 2016

1 Corintios 9,16-19.22b-27: Evangelizar a través del testimonio, por el papa Francisco

1 Corintios 9,16-19.22b-27  

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. Ya sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita. Por eso corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio, no sea que, después de predicar a los otros, me descalifiquen a mí.

— Comentario por el papa Francisco

No reducir la evangelización al funcionalismo ni tampoco a un simple ‘paseo’. De este modo, el papa Francisco ha subrayado la importancia que debe asumir el testimonio en la vida de los cristianos, advirtiendo de la tentación de proselitismo y de convencer con la fuerza de las palabras.

El Santo Padre hace referencia a la Primera Lectura, de san Pablo a los Corintios, para preguntarse qué significa dar testimonio. De forma especial el Papa se ha detenido en el hecho de que evangelizar no significa reducirlo “a una función”.

Lamentablemente, ha advertido el Santo Padre, se ven cristianos que viven el servicio como una función. Laicos y sacerdotes que presumen de lo que hacen. Así, Francisco ha recordado que “evangelizar no es hacer proselitismo”. Es decir, “ni hacer el paseo, ni reducir el Evangelio a una función ni hacer proselitismo: esto no es evangelizar”. De este modo ha observado que Pablo dice que evangelizar es para él una necesidad “que se le impone”. Y ha añadido que un cristiano tiene la obligación, pero con esta fuerza, como una necesidad de llevar el nombre de Jesús, pero desde el propio corazón.

El Papa ha proseguido que anunciar el Evangelio no puede ser un presumir sino “una obligación”. Y el estilo debe ser “hacerse todo a todos”. El estilo es “ir y compartir la vida de los otros, acompañar; acompañar en el camino de la fe, hacer crecer en el camino de la fe”.

En esta línea, ha asegurado que debemos ponernos en la condición del otro: “Si él está enfermo, acercarme, no agobiarlo con argumentos”, “ser cercano, asistirlo, ayudarlo”. Se evangeliza “con esta actitud de misericordia: hacerse todo a todos. Es el testimonio que lleva la Palabra”, ha precisado.

El Papa ha hecho referencia a una pregunta que le hizo un joven en la JMJ de Cracovia, “qué decir a un amigo ateo”. A lo que Francisco respondió: “la última cosa que tienes que hacer es decir algo. Comienza por hacer y él verá lo que haces y te preguntará”.

Asimismo, el Pontífice ha explicado que evangelizar es dar este testimonio: yo vivo así porque creo en Jesucristo. Y esto, reconoce el Papa, despierta curiosidad en la gente.

Por otro lado ha querido recordar que evangelizar es algo que se hace gratuitamente, “porque nosotros hemos recibido gratuitamente el Evangelio”, “la gracia, la salvación, no se compra y tampoco se vende: es gratis. Y gratis debemos darla”.

Finalmente ha querido recordar que todos nosotros “tenemos la obligación de evangelizar”, viviendo la fe, hablando con mansedumbre, amor, sin querer convencer a nadie, pero gratuitamente. “Es dar gratis lo que Dios me ha dado gratis”, eso es evangelizar.

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