Salmo 5
Martes de la 13 Semana del Tiempo Ordinario, año II
No eres un Dios que ame la maldad
5:1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo de David
5:2 Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos;
5:3 oye mi clamor, mi Rey y mi Dios,
porque te estoy suplicando.
5:4 Señor, de madrugada ya escuchas mi voz:
por la mañana te expongo mi causa
y espero tu respuesta.
5:5 Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
5:6 ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.
Tú detestas a los que hacen el mal
5:7 y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!
5:8 Pero yo, por tu inmensa bondad,
llego hasta tu Casa,
y me postro ante tu santo Templo
con profundo temor.
5:9 Guíame, Señor, por tu justicia,
porque tengo muchos enemigos:
ábreme un camino llano.
5:10 En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
aunque adulan con la lengua.
5:11 Castígalos, Señor, como culpables,
que fracasen sus intrigas;
expúlsalo por sus muchos crímenes,
porque se han rebelado contra ti.
5:12 Así se alegrarán los que en ti se refugian
y siempre cantarán jubilosos;
tú proteges a los que aman tu Nombre,
y ellos se llenarán de gozo.
5:13 Porque tú, Señor, bendices al justo,
como un escudo lo cubre tu favor.
Martes de la 13 Semana del Tiempo Ordinario, año II
No eres un Dios que ame la maldad
5:1 Del maestro de coro. Para flautas. Salmo de David
5:2 Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos;
5:3 oye mi clamor, mi Rey y mi Dios,
porque te estoy suplicando.
5:4 Señor, de madrugada ya escuchas mi voz:
por la mañana te expongo mi causa
y espero tu respuesta.
5:5 Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
5:6 ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.
Tú detestas a los que hacen el mal
5:7 y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!
5:8 Pero yo, por tu inmensa bondad,
llego hasta tu Casa,
y me postro ante tu santo Templo
con profundo temor.
5:9 Guíame, Señor, por tu justicia,
porque tengo muchos enemigos:
ábreme un camino llano.
5:10 En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
aunque adulan con la lengua.
5:11 Castígalos, Señor, como culpables,
que fracasen sus intrigas;
expúlsalo por sus muchos crímenes,
porque se han rebelado contra ti.
5:12 Así se alegrarán los que en ti se refugian
y siempre cantarán jubilosos;
tú proteges a los que aman tu Nombre,
y ellos se llenarán de gozo.
5:13 Porque tú, Señor, bendices al justo,
como un escudo lo cubre tu favor.
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