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martes, 29 de marzo de 2016

¿Por qué los católicos presentan a Jesús sobre una Cruz? ¿Acaso no ha resucitado?, por el P. Cristian Hernan Andrade

A quienes tienen esta pregunta respondo: Sí, Jesús ha resucitado y los católicos honran, oran y adoran a Cristo Resucitado. Sin embargo, para resucitar Él murió en la Cruz, sufrió por nosotros y por eso los católicos no tienen problema de venerar una imagen de Cristo crucificado. Es desde allí que Él nos salvó.

A muchos evangélicos les encantó "La Pasión" de Mel Gibson. Mel es católico. Su película estaba basada en la Biblia y también en el libro "La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo" de Anne Catherine Emmerich, una mística católica que vivió entre 1774 y 1824.

Muchos son los evangélicos que han descubierto en sus vidas lo que el catolicismo ha sabido y proclamado por siglos: Hay poder en un encuentro personal con Cristo sobre la Cruz. Jesús desde la Cruz conquistó el pecado, el mal y la muerte.

— “¡Ustedes se han creado un ídolo!"

Un amigo evangélico me dijo: "¿Porqué los católicos adoran una cruz? La cruz fue un horrible instrumento de tortura. No hay nada en ella que merezca ser reverenciado. ¡Ustedes se han creado un ídolo!"

El primer problema en su planteo es que los católicos NO adoramos la cruz. Adoramos a Cristo y reconocemos su grandeza y su amor manifestado de la forma más extrema sobre la cruz. La cruz fue un instrumento de tortura pero unido al Cuerpo de Cristo toma para los cristianos una connotación diferente, muy diferente.

La cruz cobra su significado por la presencia de Jesús en ella. Esto es parte del porqué los católicos frecuentemente representan a Jesús sobre la Cruz. Si alguien quisiera crear un ídolo tendría que remover a Jesús de la Cruz y cambiar la historia.

Personalmente no tengo problemas en usar la cruz con o sin Jesús sobre ella porque tiene el valor que tiene cualquier imagen. Su valor no está en el objeto en sí mismo.

Los evangélicos como los católicos también presentan a Cristo crucificado a través del arte. En este caso, de la música. Cuantas hermosas canciones evangélicas retratan a Cristo sobre la cruz.

Me encantó la escena de la Pasión en que Cristo abraza su cruz y los otros prisioneros se dicen: "Míralo está abrazando la cruz". Y esto es cierto, antes de Jesucristo no creo que nadie haya abrazado su cruz pero desde entonces muchos millones de fieles cristianos los hacen: abrazan la cruz de Cristo, abrazando su propia cruz.

"El que quiera venir detrás de mí que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz cada día y me siga" (Lc 9,23) cobró pleno significado desde aquel día. Y da fundamento a la visión católica sobre el Sufrimiento

— Gálatas 3,13 y Gálatas 5,11: Escándalo de la cruz
De instrumento de tortura a signo de vida

También nos llegó un e-mail diciendo: "Deseo que me ayuden a interpretar lo expresado en Galatas acerca de la cruz y porque hay mucha gente que lo expresa como objeto de maldición así como lo dice Galatas"

Esta pregunta parece apuntar a Gálatas 3,13 o a Gálatas 5,11. Veamos primero que hay Gal 3,13:

Para comprenderlo hay que mirar el contexto. Para los judíos de aquel tiempo levantar en alto las ideas de un crucificado era en efecto un escándalo ya que la cruz era la forma de castigo más humillante de todas las que existían dentro del imperio romano, reservada para los peores criminales, por eso era entendida como “maldición”. Por eso, en Gal 3,13 Pablo dice que : “Cristo se hace él mismo maldición por nosotros porque está escrito maldito el que está colgado en el patíbulo”.

Todo crucificado, quienquiera que sea era considerado un “maldito” por ser criminal, por ser un traidor a la Ley y por lo tanto al Dios Altísimo. Y justamente ese es el gran cambio: Jesús para redimirnos siendo inocente se deja crucificar, pasa por el peor y más humillante de los castigos. Él toma el lugar que le correspondería a un criminal (esto es lo que en una forma figurada quiere decir el "se hace él mismo maldición").

¿Para qué? Esto es justamente lo que sigue al verso anterior cuando Pablo continúa en Gálatas 3,14 con: “Y esto para que la bendición alcanzara a todos los paganos en Cristo Jesús y nosotros recibieramos por la fe el Espíritu Santo” o sea para salvarnos. ¡Él tomó el lugar del maldito y del culpable, el que nos correspondería por nuestros pecados para que en Él recibieramos la bendición, la redención, la salvación!

La cruz es un antiguo signo de maldición pero con Cristo se transforma en signo de vida, el instrumento de bendición es ahora un instrumento de salvación porque Cristo estuvo sobre ella. La cruz será el foco de la predicación de los primeros cristianos y esto escandalizará a los judíos de aquel tiempo que no alcanzaban a comprender de qué se trataba esto, por eso Pablo va a decir también:

“El mensaje de la Cruz es locura para los que se pierden pero para los que se salvan –para nosotros- es fuerza de Dios. Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia del os inteligentes ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el hombre culto? ¿Dónde está el raznonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sadiduría del mundo es una necedad? En efecto, ya que el mundo con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestas su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, nosotros, en cambio predicamos a un Cristo cruficificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres y la debilidad de Dios más fuerte que la fortaleza de los hombres”. (1 Cor 1,18-25)

Ahora podemos ir a la expresión "escándalo de la Cruz" de Gal 5,11:

Esto que él describe en el pasaje de Corintios es el famoso "escándalo de la Cruz” de Gal 5,11. De hecho Pablo se enorgullecerá de generar ese escándalo con su predicación. El escándalo al que se refiere Pablo no es ni más ni menos que el gran revuelo que la predicación de Cristo Crucificado provoca y que genera creyentes por un lado y perseguidores por el otro. Por eso, hay que mirar exactamente lo que dice Gal 5,11: “Hermanos si yo predicara todavía la circuncisión no me perseguirían ¡Pero entonces habría terminado el escándalo de la cruz!”

El foco de la carta a los Gálatas es discutir con quienes querían imponer las leyes judías a los conversos del mundo griego. Éstos querían imponer la circuncisión y las leyes judías así como dudaban de predicar la crucifixión porque era políticamente incorrecto y causaría menos problemas para ellos simplemente había que anunciar que el Mesías había llegado pero evitar hablar de la cruz; porque en la mentalidad popular de aquel tiempo un crucificado era visto como un maldito. Pablo dedica esta carta a explicar porqué están equivocados los que quieren volver a la circuncisión y los que se avergüenzan de la Cruz de Cristo. Dice en (Gal 6,12:) “Los que quieren imponerles la circuncisión sólo buscan quedar bien exteriormente y evitar ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo." 

Y después seguirá: ..."Yo sólo me gloriaré en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo por quien el mundo está crucificado para mí como yo lo estoy para el mundo. (Gal 6,14)

No puede estar más claro, la Iglesia desde sus mismos comienzos en los tiempos apostólicos predicó a Cristo Crucificado, valoró la cruz tanto como la resurrección porque las dos son parte del mismo misterio de la salvación. Dejar de lado o restar importancia a la cruz sería romper con nuestros propios orígenes

Y tampoco puede estar más claro que Pablo en la carta a los Gálatas no está diciendo que la Cruz sea una maldición. ¡Todo lo contrario!. Es en la Cruz que Cristo tomó la maldición que nos correspondía sobre sí y entró en la muerte, que es la verdadera maldición que pesa sobre la humanidad, para terminar con ella y así recuperarnos la vida verdadera por la resurrección. Por eso él se gloría en la cruz de Cristo.

Quienes ven a la cruz como un signo de maldición es porque no entendieron que ese leño regado con la sangre de Cristo, sobre el que nuestro Señor agonizó y murió es el medio que Él utilizó para manifestarnos su amor del modo más extremo y sobre todo darnos la Verdadera Vida por eso se ha transformado en la fuente de fuerza y sabiduría.

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