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lunes, 25 de enero de 2016

De San Timoteo, el discípulo a quien Pablo escribe dos cartas, por Luis Antequera


Celebramos la festividad de san Timoteo, que comparte la fecha con san Tito, al cual le une una circunstancia, y del cual le separa otra.

Une a ambos próceres del cristianismo el proceder los dos del mundo de la gentilidad grecorromana, como demuestra entre otras cosas su nombre de raíces grecorromana, y el ser los dos amigos de san Pablo y destinatarios de sus cartas, bien que Timoteo reciba dos que nos sean conocidas, y Tito sólo una. Les separa la curiosa circunstancia de que en la guerra que san Pablo se trae contra la circuncisión, Tito y Timoteo representan las dos posturas contrarias. Mientras al primero Pablo lo salva de ser circuncidado:

“Al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo también a Tito. Subí movido por una revelación y les expuse a los notables en privado el Evangelio que proclamo entre los gentiles para ver si corría o había corrido en vano. Pues bien, ni siquiera Tito que estaba conmigo, con ser griego, fue obligado a circuncidarse”. (Gl. 2, 1-3).

A nuestro Timoteo, es Pablo el que lo circuncida con sus propias manos:

“Pablo quiso que se fuera con él. Le tomó y le circuncidó a causa de los judíos que había por aquellos lugares, pues todos sabían que su padre era griego” (Hch. 16, 3)

Timoteo es mencionado en diez de las dieciséis cartas de Pablo, lo que da buena cuenta de la cercanía que le unió al apóstol de los gentiles. Concretamente en las que dirige a Romanos, las dos a Corintios, a Filipenses, a Coloseos, las dos a Tesalonicenses, a Hebreos y a Filemón, así como, naturalmente, en las dos que le dirige a él mismo, una de ellas por cierto la última que Pablo escribe, un verdadero testamento vital, y la otra la penúltima o antepenúltima.

Menciones de las que cabe extraer estos datos de su biografía. Primero, que Pablo lo conoce en la parte de Derbe y Listra, de donde con toda probabilidad sería originario, ciudades en el sur de Asia Menor, en la ruta que conectaba Iconio y Laranda, separadas entre sí por 97 kms. de distancia.

“Llegó [Pablo] también a Derbe y Listra. Había allí un discípulo llamado Timoteo” (Hch 16,1-4)

Sabemos también que era “hijo de una mujer judía creyente pero de padre griego” (Hch 16,1-4), y que dicha mujer se llama Eudice y su madre Loida, abuela materna de Timoteo (2 Tim 1,5).

Debía de ser muy joven, un adolescente de 12 o 13 años, cuando Pablo entra en contacto con él hacia el año 47 y se lo lleva consigo, pues siendo la primera carta que le escribe la penúltima de las escritas por Pablo unos meses antes de ser decapitado en el año 64, unos diecisiete años después de conocerle, aún le dice: “Que nadie menosprecie tu juventud” (1 Tim 4, 12). Y en la segunda escrita muy poco después aún insiste: “Huye de las pasiones juveniles” (2 Tim 2,22).

Lo que además apoya la tradición según la cual Timoteo se habría mantenido célibe. Todo lo cual situaría su nacimiento en torno al año 33-35, poco después de la crucifixión y hacia la muerte del protomártir.

Sabemos que Pablo en persona lo ordena: “No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros” (1 Tim 4,14)

Su salud fue endeble, al menos en algún momento de su vida, lo que autoriza a Pablo a escribirle: “No bebas ya agua sola. Toma un poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes indisposiciones” (1 Tim 5,23).

Y que ejerció como embajador de Pablo quien lo envía según sus necesidades a Corinto (1 Cor 4,17), a Filipos (Flp 2,19), a Tesalónica (1 Tes 3,2), muy probablemente también a Jerusalén (Hb 13,23), y desde luego a Efeso (1 Tim 1,3; 2 Tim 1,18), ciudad muy vinculada a su tradición.

Dos fuentes extracanónicas sobre su persona, una biografía de Polícrates, obispo de Éfeso contemporáneo de san Ireneo, y otra de Simeón Metafrastes basada en la primera, afirman que habría convivido en Efeso con san Juan, hasta que durante el imperio de Domiciano, Juan es exiliado a Patmos. Obispo de Efeso, Timoteo habría sufrido el martirio cuando contaba con unos ochenta años, es decir, hacia el año 113-115.

Según Jacobo De La Vorágines, el nombre Timoteo procede “de timor (temor) y de Theos (Dios), y significa el que tiene temor, y más exactamente ‘el que teme a Dios’” (Leyenda Dorada, 121).

Y sin más por hoy, queridos amigos, me despido de Vds. una vez más, deseándoles como siempre que hagan Vds. mucho bien y no reciban menos.

Fuente: religionenlibertad.com

SOBRE SAN TIMOTEO:
Discípulo predilecto de san Pablo  

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