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miércoles, 20 de enero de 2016

1 Samuel 17,32-51: David y Goliat

1 Samuel 17,32-51
Miércoles de la 2 Semana del Tiempor Ordinario, Año II

En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo:
— Majestad, no os desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo" Pero Saúl le contestó:
— No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.
David replicó:
— El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras oso, me librará de las manos de este filisteo.
Entonces Saúl le dijo:
— Anda con Dios.
Agarró la cayada, escogió cinco cantos de arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo. Este, precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó:
— ¿Soy yo un perro, para que vengas a mi con un palo?
Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo:
— Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
Pero David le contestó:
— Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado. Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los cadáveres del campamento filisteo a las aves del cielo y las fieras de la tierra; y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor y él os entregará en nuestro poder.
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección a David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección al filisteo; echó mano al zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra. Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada. David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza.

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