Mateo 8,5-17
Mt 8,5-13: Curación del sirviente de un centurión
Cf. Lucas 7,1-10; Juan 4,46-53
5 Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole:
6 "Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente".
7 Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
8 Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
9 Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a
mis órdenes: "Ve", él va, y a otro: "Ven", él viene; y cuando digo a mi sirviente: "Tienes que hacer
esto", él lo hace".
10 Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie
en Israel que tenga tanta fe.
11 Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con
Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos;
12 en cambio, los herederos del Reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y
rechinar de dientes".
13 Y Jesús dijo al centurión: "Ve, y que suceda como has creído". Y el sirviente se curó en ese mismo
momento.
Mt 8,14-15: Curación de la suegra de Pedro
Cf. Marcos 1,29-31; Lucas 4,38-39
14 Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de éste en cama con fiebre.
15 Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo.
Mt 8,16-17: Diversas curaciones
Cf. Marcos 1,32-34; Lucas 4,40-41
16 Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su palabra, expulsó a los espíritus y curó a
todos los que estaban enfermos,
17 para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: Él tomó nuestras
debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades.
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