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jueves, 27 de junio de 2013

Jueves de la 12 Semana del Tiempo Ordinario, por el papa Francisco

Génesis 16,1-12.15-16
Salmo 105: Dad gracias al Señor porque es bueno
Mateo 7,21-29

Génesis 16,1-12.15-16

[Saray, la mujer de Abrán, no le daba hijos; pero tenía una sierva egipcia llamada Hagar. Y Saray dijo a Abrán: "El Señor no me deja tener hijos; llégate a mi sierva a ver si ella me da hijos." Abrán aceptó la propuesta. A los diez años de habitar Abrán en Canaán, Saray, la mujer de Abrán, tomó a Hagar, la esclava egipcia, y se la dio a Abrán, su marido, como esposa. Él se llegó a Hagar, y ella concibió. Y, al verse encinta, le perdió el respeto a su señora. Entonces Saray dijo a Abrán: "Tú eres responsable de esta injusticia; yo he puesto en tus brazos a mi esclava, y ella, al verse encinta, me pierde el respeto. Sea el Señor nuestro juez." Abrán dijo a Saray: "De tu esclava dispones tú; trátala como te parezca."] Saray la maltrató, y ella se escapó. El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino de Sur, y le dijo: "Hagar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas?" Ella respondió: "Vengo huyendo de mi señora." El ángel del Señor le dijo: "Vuelve a tu señora y sométete a ella." Y el ángel del Señor añadió: "Haré tan numerosa tu descendencia que no se podrá contar." Y el ángel del Señor concluyó: "Mira, estás encinta y darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor te ha escuchado en la aflicción. Será un potro salvaje: él contra todos y todos contra él; vivirá separado de sus hermanos." Hagar dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó Ismael al hijo que le había dado Hagar. Abrán tenía ochenta y seis años cuando Hagar dio a luz a Ismael.

Salmo 105: Dad gracias al Señor porque es bueno

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas de Dios,
pregonar toda su alabanza?
R. Dad gracias al Señor porque es bueno

Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo.
R. Dad gracias al Señor porque es bueno

Visítame con tu salvación:
para que vea la dicha de tus escogidos,
y me alegre con la alegría de tu pueblo,
y me gloríe con tu heredad.
R. Dad gracias al Señor porque es bueno

Mateo 7,21-29

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados." El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente." Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.

Comentario por el papa Francisco:
¿Alegría superficial o continua vigilia fúnebre?


Hay personas que "se hacen pasar por cristianos", y pecan o de superficialidad excesiva o de demasiada rigidez, olvidando que un verdadero cristiano es el hombre de la alegría, que apoya la fe sobre la roca de Cristo. Esta ha sido la idea básica del papa Francisco en la misa de esta mañana en la Casa Santa Marta.

Rígido y triste. O feliz, pero sin tener ni idea de la alegría cristiana. Hay dos "casos", en un modo opuesto, en que viven dos categorías de los creyentes, y que en ambos casos tienen un grave defecto: se basan en un cristianismo hecho de palabras, y no se basan en la "roca" de la Palabra de Cristo. Francisco identifica este doble grupo comentando el evangelio de Mateo de hoy, aquel famoso pasaje de las casas de arena y de piedra.

— Cristianos de palabra

"En la historia de la Iglesia han habido dos clases de cristianos: los cristianos de las palabras, aquellos del Señor, Señor, Señor, y los cristianos de la acción, en la verdad. Siempre ha habido la tentación de vivir nuestro cristianismo fuera de la roca que es Cristo. El único que nos da la libertad de decir Padre a Dios es Cristo o la roca. Es el único que nos sostiene en los momentos difíciles, ¿no?

Como dijo Jesús: la lluvia cae, se desbordan los ríos, soplan los vientos, pero cuando se está en la roca es seguro, pero cuando son sólo palabras, las palabras se vuelan, no sirven. Pero permanece la tentación de estos cristianos de palabras, de un cristianismo sin Jesús, un cristianismo sin Cristo. Y esto ha sucedido y está sucediendo hoy en día en la Iglesia: ser cristianos sin Cristo".

El papa mira más de cerca a estos "cristianos de palabras", revelando sus características específicas. Hay un primer tipo, llamado ‘gnóstico’, “que en lugar de amar a la roca, le gustan las palabras hermosas", y por lo tanto vive flotando en la superficie de la vida cristiana. Y luego está la otra, que Francisco llama "pelagiano", que tiene un estilo de vida serio y almidonada. Cristianos, ironiza, que "miran al suelo":

"Y esta tentación existe hoy. Cristianos superficiales que creen, sí en Dios, en Cristo, pero demasiado ‘difuso’: no es Jesucristo el que le da fundamento. Son los gnósticos modernos. La tentación del gnosticismo. Un cristianismo "líquido".

— Excesiva rigidez

Por otro lado, están los que creen que la vida cristiana debe ser tomada tan en serio que terminan por confundir solidez y firmeza, con rigidez. ¡Son rígidos! Estos creen que para ser cristiano se necesita estar de luto, siempre".

El hecho, dijo, es que de estos cristianos "hay muchos". Sin embargo, indica, "no son cristianos, se disfrazan como cristianos". "No saben –insiste– quién es el Señor, no saben lo que es la roca, no tienen la libertad de los cristianos. Y, para decirlo de un modo simple, no tienen alegría":

"Los primeros tienen una cierta ‘alegría’ superficial. Los otros viven en una continua vigilia fúnebre, pero no saben lo que es la alegría cristiana. No saben cómo disfrutar de la vida que Jesús nos da, porque no saben hablar con Jesús. No se afirman sobre Jesús, con la firmeza que da la presencia de Jesús. Y no solo no tienen alegría: no tienen libertad. Son esclavos de la superficialidad, de esta vida generalizada, y estos son los esclavos de la rigidez, no son libres.

En su vida, el Espíritu Santo no tiene cabida. ¡Es el Espíritu quien nos da la libertad! El Señor hoy nos invita a construir nuestra vida cristiana en Él, la roca, Aquel que nos da la libertad, que nos envía el Espíritu, que te hace ir adelante con alegría, en su camino, en sus propuestas".

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