En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaún. Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.» Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace.» Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.» Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.
"Les digo que ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande":
¿Creía el centurión en las promesas que Dios había hecho a Abraham? Seguramente, no. ¿Creía el centurión que Israel era el pueblo escogido por Dios para salvar a todas las naciones? Seguramente, no. ¿Creía el centurión en la profecías de Isaías, Jeremías, Ezequiel, Amós...? Seguramente, no. ¿Creía el centurión que la circuncisión era un mandato divino? Seguramente, no. ¿Creía el centurión en los privilegios de las tribus de Leví y Judá? Seguramente, no. ¿Creía el centurión que los sacerdotes del templo de Jerusalén eran los únicos que podían ofrecer sacrificios a Dios? Seguramente, no. ¿Creía el centurión que Moises era el legislador más importante? Seguramente, no.
Entonces, ¿por qué Jesús dice "no he encontrado en Israel una fe tan grande"?
No llegamos a comprender el escándalo de las palabras de Jesús si perdemos de vista la situación política por la que atraviesa Israel en ese momento. Israel es un territorio ocupado por los romanos y el centurión es un representante del poder enemigo. La situación es tan dramática que los romanos tienen apostada una guarnición de soldados frente al templo de Jerusalén para evitar posibles conatos de rebelión.
Creer que el centurión es un "amigo de los judíos" (tal vez en proceso de conversión, como algunos han querido ver) porque "nos ha construido una sinagoga", es tener una vision tergiversada de lo que estaba ocurriendo en Israel por aquellos días. Para entender el alcance de la frase de Jesús hay que saber que el Evangelio de Lucas se escribió después de la destrucción del templo de Jerusalén por el ejército romano.
Jesús no se compadece del centurión porque "es amigo de nuestro pueblo y nos ha construido una sinagoga", sino por la fe que demuestra tener al pedirle ese favor. Por eso, esta pregunta es muy importante para nosotros hoy: ¿cuál es la fe del centurión?
La fe del centurión es la de una persona que sufre porque un esclavo suyo esta gravemente enfermo, a punto morir. Este centurión ha oído hablar de Jesús, de sus prodigios y milagros, de su compasión por los leprosos, ciegos, cojos, prostitutas... Y, en su desesperación, llama a todas las puertas: ha ido a ver a los dirigentes judios pidiéndoles un favor. Este centurión se sirve de intermediarios no para evitar mancillar su dignidad sino porque reconoce las repercusiones que puede tener para Jesús semejante colaboracion. Él mismo se pone en evidencia llamando a la puerta de los judíos.
Pues bien, de un pagano romano Jesus dice: "Ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande".
No hay comentarios:
Publicar un comentario