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viernes, 10 de septiembre de 2010

El Cristianismo es más que una ética, por Julio González SF


Ayer, a última hora del día, leía en una web católica varios comentarios que subrayaban que el cristianismo es "más que una ética". No encontré comentarios que dijeran que la fe cristiana "es solamente una etica", sin embargo, algunos se empeñaban en hacer ver a los demás que no se puede reducir la fe cristiana a una ética.

Es cierto, la fe, como el amor y la esperanza, no puede imponerse en la persona con unas normas de conducta. Se trata de algo que recibimos y transmitimos gratuitamente, es decir, dando testimonio. Una relación basada en la fe, la esperanza y la caridad, provoca en el creyente (y en la gente) sorpresa, admiración, agradecimiento.

Jesús de Nazaret no fue un pensador, un filósofo o un idealista, ni tampoco un moralista o juez. Su buena noticia (evangelio) no consiste tanto en cómo explica la fe en la sinagoga, en la plaza, en la calle, en el yermo, sino en cómo la vive y transmite con palabras y obras.

Hay creyentes no saben definir lo que es la gracia, pero tampoco les hace mucha falta porque la sienten, la experimentan y la viven. El que tiene dudas, el que vacila o se siente perdido tiende a discutir sobre la gracia; para el que vive la gracia de Dios tales discusiones dejan de ser importantes.

Evidentemente, la fe cristiana es mucho más que una ética y unas normas de conducta, pero no hay que olvidar que la persona vive, crece y se encamina hacia su plenitud cuando es capaz de ver más allá de sí misma. A través de relaciones de amistad, fraternidad, bondad y amor, podemos reconocer que la vida es don y gracia de Dios.

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