Compruebo casi a diario que hay al menos dos tipos de fe muy diferentes.
Hay un grupo muy numeroso de personas que tienen una fe que les confirma dia a dia en lo que ellos creen, en sus ideas y manera de concebir el mundo y a si mismos. Son personas con un caracter fuerte, rigidas y muy apegadas a su circulo de personas. Observan lo desconocido, lo extrano, lo que es diferente, sospechando que pueda ser una amenaza y, cuando pierden su fe, se acabo! No creen en nada. Se sienten traicionados o abandonados. Unos reniegan de Dios y de la Iglesia con amargura e ira, mientras otros continuan viviendo como si Dios no existe y lo que la Iglesia dice es un cuento para ninos.
Hay otro grupo de personas cuya fe les impulsa dia a dia a reconocer y dar valor a algo mas que a si mismos. Algunas veces su fe incluso les lleva a negarse a si mismos! Esta fe a menudo es una sorpresa, novedad que provoca cambios, transformaciones... Son personas que han aprendido a ser flexibles porque el terreno en el que se mueven es desconocido y esta abierto a cualquier posibilidad. Para esta personas la fe es una propuesta que se renueva dia a dia. Estas personas pueden perder sus prejuicios, sus falsos temores, su orgullo..., sin embargo, en muy raras ocasiones pierdan la fe.
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